La escuela de dulzaina de Macotera mantiene viva la tradición musical y reúne a 40 alumnos de varias edades en Macotera y Villamayor
El sonido de la dulzaina está asociado a la fiesta popular y son incontables los pueblos de la provincia, sobre todo en la comarca peñarandina, que acompañan sus procesiones con los sones típicos de este instrumento.
Mantener viva esa tradición es el principal objetivo de la escuela de dulzaina que en Macotera y Villamayor cuenta este año con 40 alumnos. “Las edades de la gente que acude a la escuela son muy variadas, hay niños con 10 años y adultos hasta de 80 que disfrutan aprendiendo a tocar la dulzaina” afirma su profesor, Víctor Blázquez.
Los ayuntamientos de ambas localidades colaboran con esta iniciativa que afronta ya su segundo año. “Como sucede con el aprendizaje de cualquier instrumento hay alumnos muy aventajados que en apenas unas clases ya pueden interpretar una pieza y otros a los que les cuesta más pero en todos destaca su ilusión por aprender” añade.
Mantener viva esa tradición es el principal objetivo de la escuela de dulzaina que en Macotera y Villamayor cuenta este año con 40 alumnos. “Las edades de la gente que acude a la escuela son muy variadas, hay niños con 10 años y adultos hasta de 80 que disfrutan aprendiendo a tocar la dulzaina” afirma su profesor, Víctor Blázquez.
Los ayuntamientos de ambas localidades colaboran con esta iniciativa que afronta ya su segundo año. “Como sucede con el aprendizaje de cualquier instrumento hay alumnos muy aventajados que en apenas unas clases ya pueden interpretar una pieza y otros a los que les cuesta más pero en todos destaca su ilusión por aprender” añade.
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