Os escribo unas pocas palabras, aunque hoy es más fácil cuando uno disfruta tanto de los éxitos del club y de sus paisanos, de tanto laurel y de tanto pódium. Hace apenas unos años aún recuerdo la última maratón en Macotera, como así nos gustaba llamarla antes de bautizarla como san rocada, con apenas veinte o treinta participantes, con una fecha entre semana y con un público que se asomaba casi de reojo mientras tomaba una fanta en las terrazas. De todo aquello se ha pasado a las portadas de todos los diarios deportivos y no deportivos de la provincia. Es la señal más evidente de que como nos escribió Gabi Vidal, se puede cambiar la zona de confort, sobre todo cuando algo va mal, que la posibilidad de cambio existe siempre, por mucho que los telediarios se encarguen de amargarnos la existencia.
Ya he leído vuestras acertadas crónicas de lo que ha sido la carrera. Estacasi todo escrito y fotografiado, los Coloraos arriba practicando el atletismo antiguo, sin oír ningún pinganillo del director que les dijera que soplaba el viento y que Rafa Iglesias era imbatible, y que se quedaran en la retaguardia. Era su día y su ciudad y no era el momento de desaprovecharlo. El resto de espadas, y en general todo el mundo cumplió sobradamente, y algunos más que sobradamente subiendo al pódium en veteranas y veteranos. El resto y los debutantes pues porque no, también cumplimos a nuestra manera, esparciendo un poco el morado por las calles de Salamanca.
No me extenderé mucho, simplemente deciros que me gustaron algunos detalles de gente que hace pueblo, especialmente los dulzaineros que hicieron el paso del puente Romano mucho más llevadero, Lillo repitiendo actuación tras la legua y no dejando escapar ni un detalle con la catedral de fondo. Germán dando ánimos en el puente, aunque me hubiera gustado verle vestido de corto. La infinidad de macoteranos por todo el recorrido, Colorao padre, retornando a su viejo oficio de fotógrafo y hasta el profesor Eutimio, que desde el último rincón de la carrera recordó a sus ex-alumnos que aquí no se rinde nadie. Y como siempre una comida bien organizada, con sobremesa incluida.
Hoy se ha demostrado que un club de atletismo de un pueblo de mil habitantes, se puede subir a un pódium de una capital de provincia, y a otro pódium aún más importante, el de la participación, pues casi seguro en númerosuperamos a todos.
Los podios no serán eternos, seguramente nos estemos acostumbrando mal, lo importante más que los éxitos es que logremos que esto siga funcionando y creciendo, porque en estos tiempos difíciles, se puede demostrar que se puede cambiar el curso de las cosas a mejor, y que por mucho que nos digan que el Margañan va cargado de agua, y que es imposible cruzar, se puede con esfuerzo pasar al otro lado del río. El domingo tocó cruzar el Tormes, y se pudo, y si seguimos por el buen camino se podrán cruzar otros ríos, porque como gritó Timi en la carrera, "aquí no se rinde nadie". Y en eso estamos...
Gabi Losada "Comencias"
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