[20/08/2012]
TRISOL Macotera despidió este domingo los Sanroques 2012 con la pura esencia campera en la décimo segunda edición del encierro a caballo por el campo, una tradición que se recuperó en el año 2011 y que cada vez reúne a un mayor número de participantes así como de espectadores.
Casi 200 jinetes llegados de distintas localidades de la provincia salmantina y de otras provincias limítrofes como Ávila y Cáceres, se dieron cita a primera hora del día en la zona entre las Boganas y el Charco de la Vacá. Pasadas las diez de la mañana, los toros y los cabestros se llevaron desde la plaza a los improvisados corrales en medio del campo y el estruendo de un cohete marcó el inicio del encierro.
Más de dos mil personas, según fuentes de la organización, presenciaron desde remolques de tractor, todoterrenos e incluso camiones grúa, los bonitos lances entre jinetes y astados que completaron con gran rapidez el recorrido hasta la plaza de toros.
Desde las gradas del coso fueron, además, cientos de espectadores los que contemplaron el desarrollo del encierro desde un lugar más seguro donde pudo verse también, la entrada de toros y cabestros a los toriles.
Sólo uno de los novillos se desvió del trayecto marcado y obligó durante más de media hora a reconducirlo en medio de un sofocante calor que aconsejó, finalmente, reducirlo para llevarlo a los corrales de la plaza, poniendo así el punto final al festejo. Guardia Civil, sanitarios, personal de ambulancia y organizadores velaron por la seguridad.
Casi 200 jinetes llegados de distintas localidades de la provincia salmantina y de otras provincias limítrofes como Ávila y Cáceres, se dieron cita a primera hora del día en la zona entre las Boganas y el Charco de la Vacá. Pasadas las diez de la mañana, los toros y los cabestros se llevaron desde la plaza a los improvisados corrales en medio del campo y el estruendo de un cohete marcó el inicio del encierro.
Más de dos mil personas, según fuentes de la organización, presenciaron desde remolques de tractor, todoterrenos e incluso camiones grúa, los bonitos lances entre jinetes y astados que completaron con gran rapidez el recorrido hasta la plaza de toros.
Desde las gradas del coso fueron, además, cientos de espectadores los que contemplaron el desarrollo del encierro desde un lugar más seguro donde pudo verse también, la entrada de toros y cabestros a los toriles.
Sólo uno de los novillos se desvió del trayecto marcado y obligó durante más de media hora a reconducirlo en medio de un sofocante calor que aconsejó, finalmente, reducirlo para llevarlo a los corrales de la plaza, poniendo así el punto final al festejo. Guardia Civil, sanitarios, personal de ambulancia y organizadores velaron por la seguridad.
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