«El running es el deporte sin horario, tú mismo te pones las zapatillas y sales cuando quieres y como quieres», asegura esta macoterana ‘adicta’ a correr
María Antonia Hernández, o Toñi, que es como la llaman sus amigos, es dependienta de una tienda en el pueblo de Macotera y pertenece al Club de Atletismo Macotera-Persianas Ruano. Runner con experiencia, con tan solo 14 años corrió su primera San Silvestre y desde entonces sólo se ha ausentado de la que ella misma denomina como ‘su carrera’ durante el embarazo de su hija y al año siguiente del mismo.
Toñi lleva toda la vida corriendo. Comenzó en atletismo con 12 años, pero anteriormente había hecho gimnasia rítmica, ballet, patinaje y baloncesto. Nos cuenta que en la época de la Universidad entrenaba poco, sólo para la San Silvestre. Confiesa haber tenido parones ya sea por maternidad, por estudios, por falta de motivación, pero siempre ha vuelto. «La San Silvestre, excepto dos o tres años la he corrido toda la vida, desde los 14 o 15 años. Recuerdo que cuando estudiaba en Las Teresianas quedaba con mi amiga Eva a las siete de la mañana para ir a correr, luego nos duchábamos y entrábamos al colegio. El running es el deporte que no tiene ni horario ni necesitas un equipo para practicarlo. Tú mismo te pones las zapatillas y sales cuando quieres y como quieres», nos cuenta.
Sin duda alguna, el sueño de todo ‘runner’ es correr una maratón. Para Toñi la experiencia fue rara, nos cuenta, «porque la primera que hice en Palencia fue imprevista. Yo me estaba preparando para la maratón de Madrid, y el día de la maratón de Palencia yo me apunté con la idea de hacer un entrenamiento largo y retirarme ya que yo me había hecho un plan, y ese día me tocaban 30 Km de entrenamiento, y una de dos, o iba con mi marido, lo acompañaba y me retiraba a los 30 Km, o los hacía aquí en Macotera y no lo acompañaba. Y como era una carrera barata decidí correrla y retirarme en los 30 km. Lo que pasó es que el kilómetro 30 me pilló en medio del Canal de Castilla, en un sitio descampado, entonces si me paraba tendría que ir hasta la meta caminando. La cosa fue que iba con una chica corriendo y le dije que la iba a dejar en el kilómetro 30, pero me animó a que siguiera hasta el kilómetro 35, asique cuando llegue a ese kilómetro decidí correrla entera porque eran 7.000 metros más. Acabé la maratón de Palencia con una sensación muy rara, porque yo había visto vídeos de gente que acaba su primera maratón y se tiraba al suelo, lo besaba, lloraba, se abrazaba a familiares… pero yo acabé la maratón y no tenía ninguna de esas sensaciones».
Toñi declara que debió ser porque mentalmente no estaba preparada para acabarla ya que la hizo por accidente. Por el contrario, «cuando acabé la de Madrid sí que me sentí maratoniana, además corrí más deprisa, bajé 14 minutos en la maratón de Madrid con respecto a la de Palencia. Sufrí, claro que sufrí, pero no tuve ninguna debilidad, ni dificultad».En ocasiones la gente comienza a correr porque tiene amigos que practican este deporte, pero en el caso de Toñi no fue así, comenzó en el Atletismo tras dejar el baloncesto. «Vas viendo que no se te da mal, que te gusta, que vas ganando alguna carrerilla… empiezas así a la bobada», apunta. Toñi nos cuenta que estuvo corriendo muchos años de por libre, sin ningún equipo, pero que al cabo de los años cuatro o cinco «locos» de Macotera decidieron crear un club y fueron arrastrando a mucha gente. «Un ejemplo de ello es mi marido, que lleva tres años corriendo. Antes pesaba 80 kg, no nos acompañaba ni a mi hija ni a mí a ninguna carrera y ahora está corriendo no sólo maratones sino ultramaratones que son carreras de más de 100 kilómetros», confiesa.
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